Santiago.-La alergia es una respuesta exagerada del sistema inmune ante un agente externo. Es una condición muy común hoy en día, y peor aun, el número de personas que padecen de alergias sigue en preocupante aumento.

El alergiólogo infantojuvenil, Guillermo Angeles de la Clínica Corominas, explica que esta afección se produce habitualmente en personas que presentan un componente genético heredado, así como diversos factores ambientales que afectan substancialmente al desarrollo de la sensibilización y las manifestaciones de los síntomas alérgicos. “En la actualidad se estima que los factores genéticos y ambientales contribuyen cada uno en un 50 por ciento en el desarrollo de las enfermedades alérgicas”.


En los últimos 20 a 30 años se ha verificado un aumento desproporcionado estas enfermedades, consideradas como una de las principales razones de baja laboral en los países desarrollados. Las causas de este incremento, según el experto pueden ser, la contaminación ambiental, menor alimentación con leche materna, el incremento de la polución ambiental, cambios en la dieta y la flora intestinal, lo cual quedó reflejado en la declaración de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Los niños son los más afectados por esta patología a corto y mediano plazo, el doctor Angeles considera que esto se debe a que éstos tienen un sistema inmunológico inmaduro y lo cual se intensifica en los que padecen algún tipo de alergia como el asma infantil y la rinitis alérgica, por ser los más vulnerables por la contaminación ambiental. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación atmosférica constituye un riesgo medioambiental para la salud y se estima que causa alrededor de dos millones de muertes prematuras al año en todo el mundo..

La prevención de las alergias ha sido de interés por décadas para el especialista en alergias, ya que junto con el asma éstas se presentan por familias. Aunque estas patologías no pueden prevenirse de un modo uniforme y definitivo, investigaciones recientes sugieren que existen pasos que una familia alérgica puede tomar para retardar o reducir la ocurrencia de las mismas en sus lactantes. El objetivo es retardar la exposición a alimentos y líquidos potencialmente alérgenos.

Para lograrlo el especialista sugiere dar el pecho al bebé por lo menos cuatro a seis meses, no dar alimentos sólidos al bebé hasta que cumplan los seis meses. Agregar cada alimento de a uno a la vez, para identificar si alguno causa una reacción alérgica, esperar a que el niño cumpla un año para incorporar a su dieta leche, trigo, maíz, cítricos y soja y esperar a los dos años para agregar huevos, pescado y a los tres para el maní. Para los enfermos alérgicos, los inhaladores y otra serie de medicamentos específicos constituyen una parte importante de su equipaje vital, ya que estos fármacos les acompañan allí donde van para evitar los síntomas y superar las posibles crisis.

La carga social y económica que representan las alergias incide en la vida social de los pacientes, en su rendimiento escolar y en la productividad laboral. Además es común ver en los niños un proceso denominado la “marcha alérgica”, esta consiste en la evolución de los síntomas alérgicos en diferentes órganos del cuerpo a lo largo del tiempo.

En niños predispuestos, se observa con frecuencia que los síntomas alérgicos inicien en la piel (dermatitis atópica) o en el sistema digestivo (alergia a alimentos) y que, con el tiempo, aparezcan también síntomas por afectación de los bronquios (asma), nariz y ojos (rinoconjuntivitis).

Aunque la ingeniería genética y celular promete esperanzas para la prevención absoluta en el futuro, no es posible prevenir completamente las alergias en niños pequeños con el conocimiento que hasta el momento existe.

No obstante, Guillermo Angeles sugiere a los padres con alergias o asma, hacer los cambios ambientales y usar las estrategias de prevención para ayudarlos a reducir o retardar la ocurrencia de estas afecciones en sus hijos. La inmunoterapia sigue siendo el tratamiento etiológico mas recomendado para controlar la evolución de su enfermedad, evitar la progresión y frenar los síntomas que le está produciendo. Esta vía de tratamiento abre un nuevo horizonte para estas dolencias y en la actualidad es el único tratamiento que puede alterar el curso natural de estas enfermedades.