Por Mercedes Guzmán
Santiago.- Según la OMS, la depresión afecta a 350 millones de personas en todo el mundo. La depresión es un trastorno del estado de ánimo, transitorio o permanente, caracterizado por sentimientos de abatimiento, infelicidad y culpabilidad, además de provocar una incapacidad total o parcial para disfrutar de las cosas y de los acontecimientos de la vida cotidiana.

El origen de la depresión es complejo, ya que en su aparición influyen factores genéticos, biológicos y psicosociales, no obstante, diversos estudios han sugerido que los malos hábitos alimenticios pueden contribuir a la depresión. 

Una investigación llevada a cabo por científicos de las Universidades de Las Palmas de Gran Canaria y de Granada, España, concluye que los consumidores frecuentes de comida rápida son un 51% más propensos a desarrollar una depresión, que aquellos que no consumen estos productos o que lo hacen muy ocasionalmente. El estudio demuestra que su consumo está acompañado de comer menos frutas, verduras, pescado y aceite de oliva.

Investigadores de la Universidad de Navarra en Pamplona (España) estudiaron los hábitos alimenticios de 10.000 estudiantes durante 5 años. Los que llevaban una alimentación rica en frutas, vegetales y pescado redujeron el riesgo a sufrir una depresión en un 30%.

En la última edición de American Journal of Clinical Nutrition se publica el resultado del Estudio Whitehall II. Los autores de este trabajo, del Departamento de Epidemiología y Salud Pública de la Universidad de Londres (Reino Unido) y del Instituto Nacional de Investigación Médica de Montepellier (Francia), se basaron en los datos de 4215 participantes, para determinar la asociación entre la adherencia a las recomendaciones de buena alimentación y un menor riesgo de depresión.

Se comprobó que las mujeres que mantienen buenos hábitos alimenticios tenían un 65% menos de probabilidad de síntomas depresivos que aquellas que no los tenían. En un estudio auspiciado por el Massachusetts General Hospital, se encontró que los niños que desayunan bien superan a los otros en una gran variedad de aspectos académicos y psicológicos. Entre otras cosas se halló que un buen desayuno ayuda a evitar problemas de depresión, ansiedad e hiperactividad.

La doctora Raisa García, nutrióloga clínica del Centro de Obesidad y Enfermedades Cardiovasculares, afirma que, todavía queda mucho por estudiar sobre la relación entre los hábitos alimenticios y la depresión, sin embargo, considera que es otra razón para comer de manera saludable, además de prevenir la obesidad, la diabetes, el colesterol y el aumento del riesgo cardiovascular.

núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático. En cuanto al tratamiento los antidepresivos son los únicos que ha demostrado una evidencia significativa para tratar depresiones mayores o graves y en depresiones psicóticas.

De hecho, cuando determinados problemas personales como aislamiento, falta de apoyo, déficits en habilidades sociales, determinadas creencias... están relacionadas con la depresión, su tratamiento con antidepresivos tiene una alta tasa de recaída a los pocos años.

El término médico hace referencia a un síndrome o conjunto de síntomas que afectan principalmente a la esfera afectiva: la tristeza patológica, el decaimiento, la irritabilidad o un trastorno del humor que puede disminuir el rendimiento en el trabajo o limitar la actividad vital habitual, independientemente de que su causa sea conocida o desconocida. Aunque ése es el núcleo principal de síntomas, la depresión también puede expresarse a través de afecciones de tipo cognitivo, volitivo o incluso somático.

En cuanto al tratamiento los antidepresivos son los únicos que ha demostrado una evidencia significativa para tratar depresiones mayores o graves y en depresiones psicóticas.