Gran expectativa creó el anuncio del encuentro de los gobiernos de República Dominicana y Haití, en momentos de conflictos por la sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional, pero nada que ver con la polémica Ley, según informó la comisión dominicana, la agenda sólo tratará temas de seguridad, medioambientales, económicos y migratorios.
No
obstante, mueve a suspicacia la participación como observadores de Venezuela,
Naciones Unidas, la Unión Europea y la Comunidad del Caribe (Caricom) -que ya
se ha expresado en contra de la pieza legislativa.
La
reunión se hará en Juana Méndez, como acordaron ambos Estados en diciembre
pasado, luego de reuniones preparatorias tanto de la comisión nacional como la
del vecino país, presidida por el primer Ministro haitiano, Laurent Lamothe y
que incluyó consultas con la sociedad civil.
El
diálogo binacional no crea muchas esperanzas en los dominicanos por la actitud hostil
de varios funcionarios haitianos y por el incumplimiento de éstos en noviembre
pasado cuando rompieron el acuerdo contraído durante un encuentro realizado en
Venezuela que establece el diálogo como único medio de solución de los temas de
interés común.
Lo
ideal es que, estos funcionarios que como la gobernadora de Dajabón Sonia Mateo
no cree arroje buenos resultados, se equivoquen y surjan soluciones para que
estas dos alas de un mismo pájaro, condenados a convivir juntos, encuentren las
fórmulas que permitan continuar con relaciones armoniosas y fructíferas para
ambas naciones.
Por Mercedes Guzmán
Por Mercedes Guzmán
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