Por Ariel Vargas
Los Estados Unidos tiene Al Qaeda, los colombianos a las Farc, los españoles al ETA, pero nosotros tenemos algo peor, los sindicatos choferiles. Son impredecibles, no tienen reglas, ni honor e ideologías. Son todo derechos y nada de deberes.
Es una contradicción única en el mundo. Funcionan como sindicatos de izquierdas pero operan como empresarios capitalistas rabiosos. Reclaman que el gobierno no les da lo que necesitan, pero ellos no dan el servicio que ofrecen. Se defienden como los famosos, pobres padres de familias pero no dudan en salir con palos, bates, machetes, pistolas y agreden, ofenden, atropellan y maltratan a cualquiera como vulgares matones.
Incendian carros y autobuses de la competencia con gente dentro, reclamando derechos. Chantajean gobiernos de ayer, hoy y salen airosos. Cierran avenidas en pleno tránsito y nadie los arrestan. En décadas ningún cabecilla de estas organizaciones ha caído. Sus tácticas terroristas han sido exitosas. De nuestros impuestos se han financiado sus organizaciones y siguen causando estragos.
Hemos dejado que el monstruo creciera sin control. Cortarle la cabeza seria lo ideal. Hay quienes dicen que EU necesitan a los terroristas y los terroristas necesitan a EU para mantener a flote sus intereses. Pero nosotros ¿Realmente necesitamos a los chóferes?
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