Santiago.-Tras la muerte,
supuestamente accidental, de un niño de 15 años a manos de la policía
motorizada, un hombre que participaba de su entierro fue muerto por un policía
municipal en el cementerio de El Ingenio, luego que éste supuestamente se
quedara dormido sobre la tumba de su tía.
El adolescente Rafael de Jesús
Blanco, quien vivía junto a su madre en el sector El Semillero de Cienfuegos, murió de un disparo
la noche del viernes en el sector La Pulga de la misma barriada, cuando
caminaba junto a su hermano de 16 años, Carlos Julio Blanco.
“Cuando mi hermano llegó de la
escuela fuimos a buscar a mi hermanita para acostarnos, pero no la encontramos
y veníamos para la casa, había mucha gente en la calle y habían dos policías y
uno de ellos tenía el arma sobada, como los dos tigueres que tenían agarrados
se les fugaron el miró hacia la gente y disparó, entonces vi que mi hermano
sangraba, pero él no pudo ni hablar y cayó muerto”.
Rafael de Jesús era el sexto de
los siete hijos procreados por Maribel Reyes y Julio César Blanco, vendía
helados para satisfacer sus necesidades y ayudar a su madre en el hogar y a su
hermano parapléjico. Cursaba el quinto grado en la Escuela Emma Balaguer de
Cienfuegos y disfrutaba volar chichiguas o papalotes.
Su muerte indignó a la comunidad
de Cienfuegos, que en la noche del sábado, protestaron incendiando neumáticos,
lanzando desechos en las calles y vociferando consignas contra la policía.
“Mi niño era especial, mi niño era enfermo. Él acababa de llegar de la
escuela y bajó con su hermanito a buscar a mi otra niña…yo lo que quiero es
justicia”, decía la acongojada la madre, Maribel Reyes.
La vocera de la Dirección Regional Cibao Central de la Policía, teniente
Judith Blanco, dijo que con relación al caso fueron puestos a disposición de la
justicia, los rasos Jonathan José Beato Burgos y Franklin Joel Góméz, quien según
dijo admitió haber disparado hacia arriba para dispersar a un grupo de personas
que intentaban quitarles a dos detenidos. “Ellos se encontraban realizando una
labor preventiva cuando fueron atacados a botellazos, piedras y tiros”, dijo la
relacionista público de la policía.
Muerto en el entierro
Al día siguiente y luego del entierro del menor, Juan Carlos Martínez de 30 años, reconocido por ser un enfermo alcohólico fue sorprendido por un policía municipal durmiendo en la tumba de una tía y le quitó la vida de un cartuchazo.
Muerto en el entierro
Al día siguiente y luego del entierro del menor, Juan Carlos Martínez de 30 años, reconocido por ser un enfermo alcohólico fue sorprendido por un policía municipal durmiendo en la tumba de una tía y le quitó la vida de un cartuchazo.
Familiares y amigos, informaron que el guachimán se ensañó con él desde que
lo encontró en la tumba y que antes de asesinarlo, lo esposó, lo amarró a un
árbol y cuando el borracho le pidiera que lo matara, le disparó.
Según la vocera de la uniformada, el policía municipal, quien
ya fue puesto en manos de la justicia, reconoce haberle disparado accidentalmente,
cuando lo encontró en la tumba.
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