El escándalo de la NSA ha alcanzado otro nivel: el descubrimiento de la monitorización de las llamadas realizadas desde el móvil de Angela Merkel y ese espionaje a otros líderes mundiales ha disparado las alarmas.
El pasado 6 de junio de 2013 se desataba el escándalo. Comenzaban a aparecer los primeros documentos que indicaban que Estados Unidos y su NSA recolectaban metadatos de llamadas telefónicas realizadas desde dispositivos móviles.
The Guardian de forma destacada —este artículo fue el detonante— y otros como The Washington Post o Der Spiegel —y su versión online— han sido los principales medios que han ido desvelando gradualmente más y más detalles sobre el alcance de las operaciones de espionaje de la NSA.
Edward Snowden |
Pero si hay un protagonista en esta historia es Edward Snowden, el ingeniero que trabajó en subcontratas de la NSA y de diversos organismos de inteligencia de los Estados Unidos. Este joven recolectó la información y se puso en contacto con estos medios de comunicación para desvelarla gradualmente.
Como las capas de la cebolla, el escándalo iba mostrando más y más caras. No solo se recolectaban llamadas: también se recolectaban ingentes cantidades de datos de nuestras comunicaciones en Internet. las grandes de la tecnología aparecían implicadas —ellas, por supuesto, lo negaban, aunque aparecieran documentos que incluso indicaban que habían cobrado por esa colaboración—, pero resultaba aún más sorprendente el hecho de que el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama,defendiera a la NSA y a programas como PRISM (el más célebre, pero solo uno de los muchos integrados en este dantesco proceso de espionaje). La propia NSA reconoció la interceptación de comunicaciones como base de esa famosa lucha contra el terrorismo.
Pronto se supo que PRISM no se ceñía solo a los Estados Unidos —donde la recolección de datos esabsolutamente asombrosa—, sino que también Europa y otros continentes estaban afectados.
Los esfuerzos de la NSA parecían afectar a todo y a todos. Se cerraron servicios de correo seguro que Snowden parecía haber utilizado para sus comunicaciones, se sospechó (para luego descartarse) de la seguridad ofrecida en Linux, y se estudió también la seguridad de las plataformas móviles más convencionales: Android, iOS y BlackBerry demostraban ser vulnerables al espionaje de la NSA según Spiegel Online.
La NSA también espiaba pagos internacionales, e incluso se habló de la suplantación de Google y otros servicios por parte de la NSA para recabar información.
Nuestros compañeros de Genbeta han realizado también un completo seguimiento del escándalo, y de hecho hablaron con expertos españoles en seguridad para debatir el polémico tema. Pero por supuesto, ahí no se detenía la avalancha de detalles sobre este espionaje masivo. Los grafos socialesconstruidos por la NSA, la monitorización de servicios que teóricamente proporcionaban anonimatocomo Tor o la recolección masiva de agendas de correos electrónicos fueron la antesala de ese salto en los detalles del alcance de los programas de espionaje de la NSA. En este proceso de espionaje masivo no solo parecía implicada la NSA: organismos como el CGHQ del Reino Unido también trabajaron para lograr descifrar protocolos seguros que también comenzaban a hacer que nuestra opinión sobre ellos se tambaleara.
Ahora solo falta saber como procederá EU. Desde los wikileaks no se habían enfrentado a un escándalo tan grande.
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