Puerto Plata.-Las
calles de esta ciudad turística son un verdadero caos, una trulla de motoconchistas
zigzaguea calles y avenidas sin ningún miramiento, para ellos los semáforos son
objetos decorativos y mantener una conversación por teléfono con pasajeros a
bordo es una práctica tan habitual que los pasajeros no tienen reparo en
aceptar cuando algunos de los más “educados” le pide permiso para atender una
llamada mientras conducen.
Nelson Núñez,
motoconchista con 18 años dedicados a este oficio en la ciudad costera, dice
con divertida sonrisa que el 100 por ciento de ellos se roba la luz roja y se
lo atribuye a la necesidad de ganar más y al pasajero que según ellos, lo incentivan
porque también andan con mucha prisa.
Esta es la
actividad económica de más dos mil quinientos padres de familia, que de zonas
aledañas y otros pueblos del país, se han trasladado a esta ciudad para hacer
del motoconchismo su trabajo oficial, lo cual les ha permitido construir sus
casas y mantener numerosas familias.
Núñez asegura
que no hay un trabajo más divertido que éste, al punto que en ocasiones ha
dejado de trabajar en hoteles de la zona para regresar a las calles, porque
gana más y tiene la libertad de cherchar y enamorar a las mujeres que pasan por
el parque mientras hace turno “Me dicen la belleza”, dice seductoramente. Con
una ganancia de ochocientos a mil pesos diarios, ha logrado construir su casa y
educar a sus cinco hijos, algunos de los cuales ya están en la universidad.
Pero no todo es
placer, este trabajo también está revestido de mucho peligro con los
delincuentes que amenazan por robarle su medio de transporte, su dinero y hasta
su vida. La gran mayoría ha sufrido por
lo menos un intento de atraco, y no es más frecuente porque con los años los
motoconchistas han desarrollado el olfato para detectar el peligro.
A José García
Lebrón con 20 años en las calles de Puerto Plata le resultan sospechosos los
pasajeros que le ofrecen más de lo que vale la carrera, también los que van saludando
a todo mundo pretendiendo que es popular, sobretodo si nadie les responde. Si
esto pasa lo desmontan, le dicen que no pueden seguir y no le cobran. “En una ocasión me atracaron dos, pero al
tirarme del motor lo apuñalé las gomas para que no pudieran llevárselo y me
escapé”, testimonia Nelson Núñez.
Pero no sólo los
motoristas corren riesgo en esta carrera, también los pasajeros exponen sus
vidas al abordar el más popular transporte en Puerto Plata, tanto por las impertinencias
de estos conductores que se traducen en frecuentes accidentes, como por los
delincuentes infiltrados que utilizan este recursos para atracar y violar a los
pasajeros.
Uno de los casos más recientes y estremecedores fue
el del violador en serie Jonathan Alexander Melo Parra, de 23 años, detenido
mediante la orden de arresto 00859/13, quien reconoció que haciéndose pasar por
motoconchista violó a 60 mujeres, entre 16 y 29 años, luego de llevarlas a
lugares deshabitados.
En el mes pasado
también se produjo un accidente entre dos motoconchistas en La Unión de Sosúa,
municipio de Puerto Plata, donde ambos
motoristas resultaron muertos y dos pasajeras gravemente heridas.
Con el fin de
enfrentar este caos, dirigentes de la Federación de Mototaxista que dirige
Ramón Martínez y en el Sindicato de Morotistas de la Región Norte y Afines
(Simotarnoa), dirigida por Alexis Cabrera han organizado protestas recorriendo
calles y avenidas principales para exigir a las autoridades competentes la
donación de chalecos identificativos que impida la filtración de delincuentes
que se disfrazan de motoconchos para cometer fechorías en contra de los
ciudadanos.
Los dirigentes
gremiales entregaron una documentación conteniendo sus exigencias para que las
autoridades municipales emprendan una labor correctiva de identificar
debidamente a todos los ciudadanos que ejercen el oficio del motoconcho, que
según Alexis Cabrera está permeado por algunos delincuentes que utilizan esa
labor para dedicarse a realizar fechorías, lo que va en detrimento de cientos
de ciudadanos serios, quienes al perder sus fuentes de empleos en el sector
turístico, la zona franca y otras industrias se han tenido que dedicar al
motoconcho para poder mantener a sus familiares.
Se reveló que
hay unos dos mil 500 motoconchistas inscritos en el Departamento de Tránsito
del cabildo local, pero existen entre 10 mil quinientos a 13 mil que son
piratas y operan de manera ilegal, a los cuales se les debe prohibir el
desplazamiento si no están debidamente identificados y organizados.
El Concejo de
Regidores de la Alcaldía Municipal de esta ciudad inició la entrega de los
chalecos pero luego fue detenida por denuncias de irregularidades que iban desde
el cobro por los mismos hasta el proceso de depuración a los beneficiarios, decenas
de motoconchistas criticaron la forma en que el departamento de tránsito de la
Alcaldía de Puerto Plata estaba entregando los nuevos chalecos por lo cual
debían pagar 380 pesos además de presentar un certificado de no delincuencia
que cuesta 330 pesos, lo que calificaron como algo abusivo. Se informó
que esos chalecos fueron confeccionados por empresas y comercios que lo donaron
al cabildo para contribuir al ordenamiento del motoconcho en esta ciudad
turística.
Independientemente
de que el Ayuntamiento entregue o no los chalecos, esto no es motivo para que
los “piratas” penetren, porque como expresó sonriente José García Lebrón, “el
que no lo tiene, lo falsifica”.
Fotos: Edward Fernández
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